Tip #1 Para Ver Resultados

¿Estás con ganas de bajar de peso cuanto antes? ¿De deshincharte? ¿De finalmente verte la piel increíble? ¿O tal vez de tener energía para jugar con tus peques cuando volvés a casa, de ir a esa clase de crossfit y después salir con tus amigas a cenar? 

Todas tenemos objetivos diferentes, puede haber algunos en común por ahí, pero las motivaciones cambian, la intensidad cambia y la historia atrás es diferente. Sin embargo, hay una regla universal que tenemos que tener presente y que estoy segura de que te va a servir para LLEGAR A TU OBJETIVO. Cuando este concepto me hizo el “click” y lo internalicé, sentí como todo se fue acomodando en su lugar, fluyendo mucho mejor y yo misma respondía de otra manera a los obstáculos. 

Lo “mejor” es enemigo de lo bueno. 

Suena un poquito raro, ¿o no? ¿Por qué no deberíamos querer lo MEJOR ahora y ya en vez de lo simplemente “bueno”? 

La respuesta: lo “mejor” siempre es relativo. Ese “perfecto” no existe. Pero cuando queremos lo perfecto, te estás atando a expectativas altísimas e irreales que te agotan física y mentalmente y terminan siendo un OBSTÁCULO para llegar a tu objetivo. 

¿Qué quiere decir? 

1. Dejá de obsesionarte con el momento perfecto...

Dejá de esperar al momento en que tengas el tiempo del mundo, el dinero del mundo, el apoyo de todita tu familia y amigos para animarte a empezar. El momento es ahora, simplemente empezá. 

2. Sip, es muy probable que al principio te cueste más. 

Es normal que no te quede taaaaan rico como querías la primera vez que hagas una comida diferente. Pero creeme, antes de lo que pensás vas a ser una GENIA TOTAL en la cocina, tener claro qué alimentos te levantan y cuáles no se llevan bien con tu cuerpo, y hasta sentir que las nuevas rutinas se hacen solas. *Woohoo!* 

Esa comida sanita que querés hacer y no te animabas, seguro que es BUENA para tu cuerpo y este te recompensará con energía y vitalidad extra, aún si no te quedó “perfecta” ni es la mejor veggie burger del mundo. ;) 

3. Confiá en tu proceso.

Comparate solo contigo misma, con dónde estabas ayer. Tal vez ni te planteabas mejorar la alimentación hace un tiempo y ahora mírate… super motivada, clara en tus objetivos y una voz interior te dice que vos podés. Woohoo! 

Seguí sumando esos pequeños hábitos y tené paciencia mientras vas mejorando e integrándolos como rutina global.