2 Claves para el Desayuno Perfecto

Apagaste el despertador cinco veces antes de decidirte a salir de la cama; te quedaste chusmeando las redes un poquito más de lo que deberías en modo zombie; quisiste “adelantar” con unos mails de la ofi y se te hizo tardísimo. Entre medio aprontar a los peques, sacar la basura, la vueltita a la manzana con tu cachorro y alguna llamada urgente. 


¿Estás agotada antes de salir a trabajar? 


No mientas. 


Con suerte te dio para un café con leche. O tal vez no comiste naaaaaaada hasta llegar al trabajo. 


Tomaste un vaso de agua al menos? 


Nop? 


Ouch! 


Te puede parecer que estás ahorrando tiempo o que es tu mejor táctica para “comer menos” y adelgazar. Pero es todo lo contrario. 

 


Cuando te salteás el desayuno estás empezando el día con menos fuerza, dándole señales a tu cuerpo así guarda grasa, aumentando tu ansiedad y antojos, y hasta fomentando la constipación. En consecuencia: tenés menos energía así que rendís menos, tu concentración es menor, tu creatividad no es la misma, te terminás sintiendo mal de la panza, comés de más en el almuerzo (y tal vez todo el día!), y por si fuera poco estás de pésimo humor. 

 


Desayunar te cambia! 

Te cambia porque le da a tu cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar y también cambia tu estilo de vida. Tu prioridad sos vos. Tenés que estar un poquito más en el aquí y ahora para prepararte un desayuno balanceado y completo, para sentarte y comerlo tranquila. Tal vez hasta tengas que dejar algunas cosas planeadas de la noche anterior y “saltearte” otras a primera hora como el feed o las notificaciones del trabajo antes de tu hora de entrada. 


Para asegurarte un buen desayuno, te recomendamos incluir siempre estas dos cosas:


1. Jugo Verde o Agua con Limón


Amamos empezar el día con un jugo verde porque te cubre una base de verduras, con toda su clorofila y nutrientes biosolubles; te hidrata; y te condiciona a comer mejor. Cuando estés muy apurada y no puedas hacerte tu jugo verde a primera hora reemplazalo por un vaso grande de agua con limón recién exprimido. 


2. Una proteína de excelente calidad


Demasiado seguido vemos que el desayuno típico es una tostada con mermelada, pero incluir una proteína de buena calidad te cambia. Te recomendamos tener siempre cerca ricota (puede ser light), un yogurt natural sin azúcar (si no tenés intolerancias), o algún huevo (puede ser duro así ya lo tenés pronto en la heladera, o en tu presentación favorita si te lo hacés en el momento). Amamos el clásico alcalino: una tostada con palta y huevo a la plancha. Acompañalo de un té verde y listo! Un desayuno delicosamente saludable. 

 


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