¿Hay Que Dejar La Harina 100% Para Bajar De Peso?

Si alguna vez te propusiste bajar de peso seguro que lo primero que pensaste (o te recomendaron!) fue dejar las harinas.

 

Full. Chau pan. Chau pasta. Y ayyyy chau meriendas dulces deliciosas de chocolate.

 

Es muy probable que cuando te pusiste a pensar en qué comer quedaste en blanco -- o  en “recalculando” -- unas cuantas veces porque sí… las harinas dominan la oferta y es muy probable que hoy estén dominando tu plato, aún si comés bastante saludable.

Entre las tostadas del desayuno, la tarta con ensaladita verde del mediodía, los dulces o la medialuna de la tarde y la pasta de la noche. Ouchy. Tal vez tu día no es exactamente así (y eso está buenísimo!), pero si mirás tu semana y sos honesta con tu patrón alimentario es muy probable que las harinas figuren en demasía.

 

No sos vos. Es un mal cultural y es difícil salirse de la rutina porque están en todos lados. Cuando estás apurada y necesitás algo rápido lo que hay a tu alrededor son sándiwches, croquetitas y todo tipo de apanados. Tal vez el relleno es super sano pero la harina está.

 

Las 3 Super Razones Para Decile Chau-Chau a la Harina

 

  1. Cuando pensamos en harina pensamos en harina de trigo blanca, refinada – o sea virtualmente cero nutrientes y un índice glicémico alto (o sea engorda más!).

 

  1. La oferta de alimentos panificados tiende a venir con un extra de sal, azúcar y/o grasa (te engorda más y te hincha más) y tiende a caer pesada (te hincha, te da problemas de digestión…).

 

  1. Monotoniza tus comidas, que es el opuesto absoluto de la regla de oro de la alimentación saludable: la variedad. La variedad te asegura recibir todos los nutrientes que tu cuerpo necesita para funcionar a nivel óptimo. La harina de trigo blanca no solo es muy pobre sino que al dominar la oferta te está robando de la variedad que necesitás en tu vida.

 

 

¿Hay que dejarlas al 100%?

 

Cuando necesitamos cuidar los TACC por un tema de salud sí es fundamental dejarlas afuera al 100% pero cuando queremos bajar de peso específicamente, y tal vez como beneficio colateral maravilloso mejorar la digestión, sentirnos menos hinchadas y con más energía, hay otra estrategia.

 

No tenés por qué dejar las harinas, lo importante es DISMINUIR LA CANTIDAD y AUMENTAR LA CALIDAD.

 

Siempre te estamos hablando de la flexibilidad, y esta no es la excepción.

Enfocarte en traer más variedad a tu vida y hacer cambios graduales en vez de en los “prohibidos” es muchísimo más efectivo que el enfoque de dejar las harinas.

 

Si hiciste alguna “dieta clásica” de esas de dejar totalmente las harinas seguro que sabés que no duró más de 3 días y tal vez, cuando volviste a comer harinas tuviste tremendo efecto-rebote porque las extrañabas tanto y tenías tanta ansiedad que pummmm comiste de todo. Esto combinado con que seguramente no integraste hábitos realmente saludables y sostenibles, son la típica razón del efecto rebote y de no poder mantener los resultados en el tiempo.

 

Cuando te concentrás en disminuir sin eliminar, aumentar la calidad y te das permiso de ser flexible los resultados son eternamente mejores. Empezá de a poco con algunos de los tips de abajo o proponete dejar las harinas afuera x veces por semana (todo el día o tal vez en esa comida problema que sieeempre comés harinas hoy en día). Andá a tu ritmo mientras seguís sumando otros de los tips y acordate: los mejores resultados vienen de tus hábitos.

 

 

10 Formas De Disminuir La Harina (Sin Extrañarla!)

 

  1. Desayuná con Granola o un Bowl Express (receta aquí).

 

  1. Enamorate de los Chía Pudding como desayuno, merienda o incluso postre. Hay miles de variantes – algunas más dulces, otras más cítricas, algunas llenas de superalimentos, etc. La magia está en encontrar la consistencia que más te guste a ti y experimentar con los toppings. Sip, es fantástico para variar por partida doble. Va una receta aquí.

 

  1. Cambiá las tostadas por galletas de arroz. La magia está en que lo que pongas por arriba sea taaaan delicioso y top que te olvidás que es una estrategia anti-harinas. Nos encanta la ricotta con palta, el queso de cabra con verdes y semillas de sésamo, una mermelada orgánica con ricotta o queso magro.

Tip extra: Si vas a usar tostadas que sea de pan integral con semillas, siempre artesanal o casero (chau pan lactal).

 

  1. Usá quinoa, mijo o amaranto en vez de fideítos para tus sopas y guisos.

 

  1. Cambiá la clásica pasta de harina de trigo por las opciones de pastas a base de semillas de chía o arvejas. Cada vez hay más opciones. Ojo, no te pases a las que son a base de arroz porque tienden a ser a base de arroz blanco y caemos en lo mismo (índice glicémico alto y casi nada de nutrientes, ouchy).

 

  1. Los smoothies son la mejor merienda sin harina! Asegurate que sean balanceados usando bastantes verdes, una fuente proteica como manteca de maní o whey, nivelando el índice glicémico con semillas o avena, preferí poca fruta, poco o nada de endulzante, y llevalos a otro nivel con un par de cucharaditas de tu superalimento favorito como spirulina, maca o acaí.

Más tips sobre smoothies + recetas aquí.

 

  1. Evitá las harinas a la noche con una buena sopa de verduras.

 

  1. Si amás los wraps, probá cambiando los clásicos wraps de masa por hojas de acelga o de lechuga. Deeeli y super fresco. Como alternativa si vas a seguir usando wraps de masa, hacelos caseros o compralos en un lugar de comida fresca (nos encanta el pan lavasj de las casas de comida armenia) para evitar exceso de sal, aditivos y conservantes que tienen esas wraps ultraprocesadas del super.

 

  1. Hacé las masas de tus pizzas y tartas de siempre con una versión de verduras. Nos encantan las que son a base de coliflor, calabaza o boniato. Quedan espectaculares!

 

  1. Hacé tus horneados dulces de siempre con harinas alternativas fuera del trigo. Nos encanta la harina de espelta, coco y avena. Ojo con la de arroz por el mismo tema que hablábamos del índice glicémico alto y pobre aporte de nutrientes.

Una advertencia: el gluten de la harina de trigo es lo que tiende a darle buena consistencia a las masas, por eso como una forma de simplificarte pero igual mejorar muchísimo la calidad de tus horneados podés usar mitad de harina de trigo (apuntá a integral y/u orgánica) y mitad de la harina alternativa.

 

 

Acordate: no se trata de dejar la harina al 100% pero el solo hecho de tomar conciencia de cuánto espacio en tu vida puede estar tomando hoy YA ES ALGO POSITIVO. Ahora podés abrirte al mundo de posibilidades cero-harina y disfrutarlas sea que quieras bajar de peso, mejorar tu digestión o simplemente disfrutar del bienestar que trae darle a tu cuerpo lo mejor.

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